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¿El Clima ha muerto… o solo cambió de ropa?

Autoras: Maribel Giraldo Isaza y Sara Álvarez Serna

En el mundo organizacional, hay términos que parecen pasar de moda como si fueran tendencias de TikTok. Uno que muchos creen haber enterrado es el clima laboral. ¿Recuerdas cuando era protagonista en cada encuesta interna, en cada diagnóstico de «cómo se siente la gente»? Hoy, en su lugar, escuchamos palabras como cultura, engagement, bienestar, e incluso felicidad.

Pero… ¿significa eso que el clima dejó de importar?
Spoiler: No.

El problema no es el concepto, es el lenguaje

Una de las trampas más comunes en la gestión del talento es confundir los términos, pensar que si no los nombramos ya no existen. El lenguaje organizacional está en constante evolución. A veces por avances científicos, otras por modas importadas sin mucho filtro. El punto es que con cada nuevo “trend” también cambian las formas de hablar —y muchas veces de entender— la experiencia laboral.

¿Qué dice la neurociencia?

Desde la perspectiva del cerebro (sí, el de todos nosotros, los humanos que trabajamos), el entorno laboral siempre se percibe, se interpreta y se reacciona a él. Es decir: la experiencia de trabajar con otras personas, bajo ciertas condiciones, en una organización con ciertos valores y normas… genera una percepción colectiva.

Eso, amigxs, es clima organizacional. Llámalo como quieras, pero si hay personas conviviendo en un mismo espacio de trabajo (sea físico o virtual), hay clima.

¿Entonces por qué se habla menos de él?

No es que haya muerto. El clima fue rebrandeado. En algunos casos, se absorbe dentro del engagement; en otros, se diluye entre los discursos de cultura y bienestar. Pero su esencia sigue intacta: es cómo se vive el trabajo en el día a día. ¿Se siente justo, seguro, estimulante? ¿O se siente tenso, desigual o caótico?

Evitar la palabra no evita su existencia. Y entender qué es clima y qué no, es clave para no mezclar peras con manzanas cuando hablamos de salud organizacional.

No es una competencia, es un sistema

No se trata de elegir entre clima, cultura o engagement. Se trata de reconocer que son fenómenos distintos, pero profundamente interconectados.

  • La cultura es el sistema de creencias, valores y comportamientos compartidos.
  • El clima es la percepción colectiva del ambiente de trabajo aquí y ahora.
  • El engagement es la conexión emocional y cognitiva de las personas con su trabajo.

Conocer las diferencias nos permite diagnosticar mejor, intervenir con más precisión y gestionar con intención.

Así que no, el clima no ha muerto. Solo está usando otro outfit.

Y mientras existan personas trabajando juntas, seguirán existiendo condiciones que generen percepciones compartidas.

Saber llamarlas por su nombre (el correcto) no es solo semántica: es gestión inteligente.

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